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Romano Kerr: CRITICA POSMODERNA A LA DESACTUALIZADA IDIOSINCRASIA NACIONAL CRITICA POSMODERNA A LA DESACTUALIZADA IDIOSINCRASIA NACIONAL - Romano Kerr

sábado, 10 de agosto de 2013

CRITICA POSMODERNA A LA DESACTUALIZADA IDIOSINCRASIA NACIONAL

CRITICA POS-MODERNA 
A LA DESACTUALIZADA IDIOSINCRASIA NACIONAL 
(LA EDUCACIÓN DEL SUB-CONSCIENTE)

Mapa de Niveles de Genialidad de los Ciudadanos. Azul 100% Rojo 50%

Desde hace muchos años, quizás ya desde mi adolescencia, un extraño sentimiento se apoderó de mí y ya nunca más pude extirparle. Una insatisfacción creciente y  profunda, ante la vulgar idiosincrasia de la sociedad argentina moderna o, si se quiere, Posmoderna. Con una oscura historia, un macabro pasado, muy influenciada por el pensamiento Latino–Católico, pero con características fascistas propias, generadoras del paulatino y astuto deterioro de todas las imágenes arquetípicas de lo bueno, lo moral, lo ético y lo correcto. El heroico soldado, el estratega y buen general, el honorífico héroe, el gran profeta, el sabio sacerdote y consejero, y hasta el mismo Cristo, fueron convertidos en Videla, Massera, Von Wernich y en demás títeres del colonialismo ultraderechista. El Nacionalismo se convirtió en Fascismo, que a su vez se había confundido con Nazismo. La Identidad se convirtió en un lastre, y el amor a la Patria un desatino. La Justicia se hizo corrupta, y la mano fuerte de la ley, se convirtió en genocida. Los errores cometidos por unos pocos humanos, terminaron por trastocar todas las utopías de la masa. Un maquiavélico cinco por ciento de personas en el poder, generación tras generación, decidieron por todos nosotros, al trastocar los destinos nacionales con el simple acto de vender su ética.   

Cristo fue convertido en patrimonio del Catolicismo, y éste a su vez es visto como sinónimo de la cultura del subdesarrollo, propensos a la pedofilia, a la  corrupción de menores, y al Fascismo. Y la poca opinión que hay de los protestantes se centra en la información mediática de los mercaderes de la iglesia brasilera evangelista, olvidando a Inglaterra, EE.UU., Suiza, Holanda o Alemania, por mencionar algunas potencias protestantes.

La larga caída del Catolicismo Romano, su anticuado dogma agrícola, y las escandalosas evidencias de su deterioro sacerdotal dan la inequívoca señal de su final agonía. Su oscuro pasado, hizo saber a la cultura, que poco tenía de Cristiana y mucho de Romana y Cesariana. Pero con su caída, el vulgo (de vulgar) y la cultura engreída del Poder, hicieron caer a todas las religiones, experimentadas o desconocidas, buenas y malas, porque ese cinco por ciento maquiavélico, había perdido su fe, todos debíamos perder la nuestra. Esos católicos argentinos que cayeron una y mil veces, hicieron creer que ninguna otra fe tampoco servía, (y nos metieron en la cabeza, que no podemos aceptar que haya otras civilizaciones superiores a las nuestras, como los sajones que han logrado un alto grado de civilización y desarrollo).

Así nació el grupo de intelectuales de la oposición argentina, muy socialista pero radicalmente ateo. De esta manera se establecieron paradigmas del conocimiento, Dios no existe, “Dios ha muerto”, la fe solo es una utopía, fueron las predicas catedráticas en nuestras Facultades. Tuvimos que vender nuestra alma y abdicar de los dioses,  para agiornarnos a la cultura universitaria moderna. Así, los judíos se hicieron ateos socialistas, los católicos se hicieron agnósticos, y los paganos se hicieron cristianos. Pero con el discurso de la muerte de Dios, los cultos argentinos olvidaron que al menos los europeos habían conservado el ideal o Arquetipo  del Súper-Hombre.

No solo las religiones dominantes se quedaron sin sacerdotes, ahora ni las sectas, ni las ordenes iniciáticas elitistas gozaban de creyentes. Porque ahora se tiene el concepto de que todo acto mágico o pagano es sinónimo de López Rega.

La definición de la cultura dice que el Rito: es una característica de los pueblos salvajes y bárbaros, los pueblos incultos son muy religiosos, la extrema pobreza crea la necesidad de creer en un mundo mejor. E incluso se ha dicho que sólo los perdedores necesitan creer en algo más que en sí mismos.

Así matamos a Krishna, a Buda, a Lao Tse, a Jesús, a Salomón, a Moisés, a Zoroastro, y los otros, pero esta vez no nos colgamos ahorcados como Judas.

Sino que después quemamos el Talmud, la Torah, la Biblia, el Bhagavad Gita, el Tao, y los Sutras,  para escribir en formato Word, nuestra propia Ley Moral, y  nuestra propia eucaristía, olvidando que todo aquello era la raíz de toda cultura.  

Sin darnos cuenta, los que manejaron el poder no solo destruyeron el país y sus políticas de estado, sino que además destruyeron las Imágenes Arquetípicas, los Dioses de los antiguos, los superhéroes de los niños, nuestros estadistas, nuestros  ideales. Nuestros próceres fueron desacreditados y trasladados al infierno, y con ésto alteraron nuestro honor.

Pero la culpa también es nuestra, siempre elegimos en nuestro libre albedrío lo que no es correcto, puesto que a lo correcto ya lo conocemos; invariablemente siempre elegimos lo mismo, lo peor, lo vulgar, lo mas burdo y bizarro.

Elegimos al peor político, al más charlatán y fabulador, y a ese siempre  lo votamos dos veces. Y las  pocas veces que elegimos bien, jamás dejamos que termine su mandato. La vulgar masa es hipnotizada con simples ardides invocados por la oposición, o las mafias de poder; un choripán será suficiente para comprar los votos de las bases de la pirámide. Así sin darnos cuenta, entre todos salimos a destronar al cabecilla de turno.

Tuvimos terroristas de izquierda que colocaban bombas en colegios primarios, secundarios y universidades, pero en nuestra memoria terminaron convirtiéndose en héroes y mártires.

Teníamos la Justicia, pero el fascismo militar argentino, terminó por convertirla en la tiranía  más injusta y corrupta de nuestra historia. Un terrorismo de Estado, que sometió al pueblo a las más bajas vejaciones. Un gobierno de facto, que en un principio, a todos nos gustó, pero de eso nunca nos acordamos.

Como tampoco queremos aceptar que dos veces elegimos a Menem, y que fuimos nosotros quienes le dimos el poder para instaurar las mafias traficantes.

Teníamos Policías, pero las leyes nunca funcionaron bien, como para asegurar nuestras propias excarcelaciones, creamos una impunidad avergonzante de los cabecillas mafiosos de nuestra política. Por tanto, el duro trabajo de investigación de los oficiales de policía , terminaba siendo desarmado por los propios comisarios y jueces del distrito bajo las ordenes del gobierno. Las leyes que protegían a la mujer seguían siendo del siglo pasado, obligar a una niñita a hacer sexo oral, era excarcelable,  la violación de menores era una condena de cuatro años que a través de los beneficios judiciales terminaban convirtiéndose en un año. Sabiendo claramente que los violadores no tienen cura psicológica, es una desviación instintiva y animal, que no puede ser silenciada, un ciclo semanal de lujuria bestial. De esta impotencia, nacieron los “Comandos de la Muerte”, como una mano ejecutora de una ley del Talión, un grupo de amigos y camaradas al servicio de la Justicia, que extirpaban de raíz, y a través de métodos medievales, al criminal reincidente. Hicimos que todo se nos fuera de las manos, pero apresuradamente entonces, desarmamos a los clandestinos comandos justicieros, pero no hicimos nada para corregir las leyes vigentes que les habían creado. De esta manera    durante muchos años funcionó el “Dos por Uno” (dos años por un solo año de prisión), y además por buena conducta la condena es reducida a la mitad; Cadena Perpetua significa veinticuatro años como máximo, que pueden reducirse a doce y hasta hace poco tiempo, tal vez a seis. Y todo sigue igual, o mejor dicho, peor. La razón de tanto desatino, era simplemente porque las cárceles no daban a basto, y así y todo no construimos mas presidios. 

Pero a la mano dura,  la llamamos “Comandos de la Muerte”, y pasamos al otro extremo y decimos que todos los oficiales son “Gatillo Fácil”, o por el contrario corruptos, pero a su vez no premiamos la buena conducta, sino que aplaudimos la “viveza criolla”.

Pero además la Justicia entonces es denunciada por los Derechos Humanos como cruel y represora, logrando que ahora los presos y delincuentes puedan encontrar una pareja sexual con las internas femeninas, gozar de cable satelital, alimento gratuito, medicina gratuita y demás impuestos que religiosamente pagamos al Estado. La policía está atada de pies y manos, obligándonos a la desidia moral. De esta manera convertimos a la ley en un sencillo títere de la mafia y la injusticia.

Volviendo al tema social, creamos los Derechos del Animal. Gracias a Dios ahora las jaurías de perros vagan por nuestras calles, cada tres metros hay un excremento canino en la vereda, en cada calle deambulan dos o tres perros salvajes, desnutridos y hambrientos. Muerden a los niños, ladrando a los transeúntes y contagian enfermedades a nuestros perros caseros. ¡No!, la perrera es algo malo, e injusto; es más justo que agonicen durante diez años de hambre y sarna, para morir golpeados o atropellados.

Los Derechos Humanos gracias a Dios los respetamos, ahora los utilizan los violadores, y asesinos encarcelados, para poder salir rápidamente de la prisión o ganar confort y beneficios. Ni usted ni yo gozamos de esos derechos cuando somos apuntados por las armas delincuentes en esas esquinas oscuras cercanas a nuestras casas. Gracias a Dios, ya no acecha más el ojo militar e inquisidor derechista, ahora brilla el atento ojo del asesino serial, del rufián y el sátrapa violador de menores, escondidos detrás de cada árbol de la plaza, de cada sombra escurridiza de la noche.

Ahora descubrimos que la droga es el peor de los flagelos sociales, pero a los líderes políticos contrabandistas de drogas jamás los juzgamos.

Es nuestra propia sangre la que está contaminada y no queremos aceptarlo, teníamos folklore, tango, folk-rock, rock contestatario, pero preferimos la cumbia de raíces colombianas, hip-hop yanqui y el reggaeton puertorriqueño. Teníamos industrias y grandes emprendimientos, pero preferimos el campo, y vendimos todo el Estado para lograr al fin ser un país bananero.

En el arte visual se vive el mismo deterioro, el academicismo y su penosa investigación fue vista como obsoleta, derechista, y elitista; el verdadero arte ahora debía ser “bien fácil”, y para esto fue menester que pudiera ser cualquier cosa. Y ahora atesoramos egoístamente latas con mierda de Monzónni, un pan quemado de Grippo y una foto del “Vivo Dito” de Alberto Greco. Pero esta sesentosa estética de lo feo y lo absurdo terminó por invalidar el término de “Bellas Artes”, los artistas han llegado a decir que la belleza estética está ligada según estos nuevos conceptos, a la idealización canónica nazi. La “nueva onda” (ya pasada de moda) es la abstracción, la anti-forma y el escandalete mediático. A partir de esto, el arte perdió su identidad; la broma y el absurdo pesaron más que la cultura, la identidad, y el concepto.

Y desde entonces, la mayoría de los cuadros dijeron lo mismo, (sólo la Nada es abstracta). Allí donde las amas de casa veían mamarrachos y torpeza, los pseudo-cultos vieron el traje invisible del Emperador. De esta manera olvidamos la primera enmienda del arte, que es comunicar , y a su vez  a nuestros maestros artesanos y constructores, a nuestros arquitectos, nuestros artistas sacros, a los escultores de monumentos, a los ilustradores, a los pintores académicos, orfebres, ebanistas sacros y todos esos oficios antiguos que ya casi se perdieron. Los que sabían su arte se convirtieron en anticuados, “académicos” como algo peyorativo, y obsesivos. Nuestros nuevos héroes debían ser absurdos, el misterio de su técnica artística debía quedar resuelto a simple vista, y  simultáneamente combinar con el sillón de nuestro living.

Creamos cultura gratuita para nutrir a nuestra sociedad, pero los adolescentes ya no asisten a clases, puesto que concebimos que “La calle es la mejor escuela”, el paco, la cocaína, el alcohol y demás flagelos se convirtieron -gracias a los medios de comunicación (la música espacialmente)-, en los más sabios maestros.

Abrimos cursos gratuitos de instrucción laboral, pero generalmente elegimos la Murga. Eso de leer partituras o practicar el dibujo es demasiado complicado para nuestras cabecitas alcoholizadas de primitivismo. La vulgaridad, valga la redundancia, es lo único que acepta el vulgo.

A las universidades asisten mayormente los hijos y nietos de inmigrantes europeos, pero sin embargo son sólo el veinte por ciento de la población nacional, ¿cómo hacerles comprender los conceptos de Andrade?

Al socialismo lo confundimos con Comunismo Totalitario, y a éste a su vez con el estalinismo, que fundamenta el terrorismo anti-capitalista y, de esta manera, al genio de Marx al final le creemos loco, fabulador o peor, utopista.

A Eva Duarte la confundimos con Perón y a éste, con López Rega; a la mafia de su último mandato, con todo el partido, que se confunden con los políticos corruptos actuales, que, a su vez, se camuflan entre los buenos políticos.

Corrompimos la originaria vertiente populista del “primer Perón”, en la misteriosa dicotomía de derecha o montonera, abrimos de esta manera dos movimientos armados que intervinieron las calles porteñas, generando indirectamente una cofradía de cabecillas y mafias locales, que terminó por destruir el ideal primario. Traicionaron al peronista, quizás desmoralizados porque el mismo Perón hacia el final, lo ha traicionado. Así, cada político olvidó su principal virtud populista nacionalista, su, si se quiere, demagogia creadora de Utopías realizables, en el ambicioso capitalismo del peronismo terrateniente, olvidando al Arquetipo del buen Caudillo, para así robar al pueblo todo los que era del pueblo, vendiendo todo aquello que Perón había comprado. Corrompiendo radicalmente la Idea Original, y con ésta, a la Justicia y a la Moral ciudadana. 

Y como era bien sabido que “el Vulgo siempre elige lo vulgar”, en cada lugar que se disputara el poder, estas mafias conquistaban los puestos para enquistarse allí perpetuamente, porque el Poder ahora era sólo sinónimo de Dinero, y el Honor, sinónimo del mafioso silencio cómplice.  

Derrocaron de raíz a la buena fé de los simples, y las pocas esperanzas e ilusiones que nos quedaban. En este irónico y macabro mundo, decidieron nuestra suerte.    

La Razón y la Cultura se hicieron creyentes del agnosticismo, y fieles religiosas del ateísmo, sin cumplir sus propias enmiendas racionales que ordenaban: que una idea, antes de ser catalogada como una verdad o una mentira, debía ser puesta a prueba, primero teorizada y luego experimentada prácticamente, para comprobar su resultado, (no conozco religión sin teurgia rigurosa, ni fe sin éxtasis).

El concepto de Cultura actual si bien es heterogéneo, también es inmoral, tecno-centrista, injusto, maquiavélico, y sin quererlo, nazista. Ya no hay barreras conceptuales, tabúes, pecados, incongruencias, notas desafinadas, ni valor alguno que valga la pena conservar. De esta manera volvimos a la supremacía del más apto, a la bestialidad animal transmutada por el filtro de la astucia humana.

¡Esta bien!, perdimos todos nuestros tabúes, ya aprendimos eso, y también ya hemos visto que es lo que pasa cuando se pierde todo misterio, desaparecen también los infinitos grises.

Aprendimos con el sudor de nuestras frentes que el trabajo honesto no era bien pagado, mientras que el deshonesto no sólo lograba fortuna, sino que también se le permitía el blanqueo de Capitales.

A los policías exonerados de la fuerza judicial por corrupción, les dimos nuevas oportunidades y luego de un año, volvimos a colocarlos, armados y con sus viejos rangos, en nuestras comisarías.

Desde arriba y desde abajo, nos han socavado todas nuestras ilusiones. Han matado uno a uno a nuestros ángeles, cazado a todos nuestros dragones,  crucificado a cada uno de nuestros santos, quemado cada una de nuestras banderas, y hasta  sacrificado al propio Dios, otra vez, (igual que como el cristianismo persiguió y destruyó los demás cultos paganos).

El concepto troncal  que engloba a la posmodernidad, es sin duda la idea del Fin de todas las Utopías, tanto religiosas, políticas, económicas, culturales o sociales. Es la caída de la Torre de Babel, en un Eón después. 

Pero además, como ya estamos tan viejos, y nos conocemos tanto, sabemos que no habrá nada nuevo bajo el sol, sino simples collages y pastiches de las utopías anteriores jamás realizadas por completo a causa de la vileza humana. ¡Hasta eso nos hicieron creer, que ya no estamos aptos para crear nuevas Utopías!

Durante nuestra Nueva Era, al fin aceptamos la igualdad de la Mujer, habíamos comprendido que su debilidad física era compensada por su agudo intelecto. Poco a poco tomó su lugar y se consolidó en el sistema para ser un par del hombre.

Sin embargo, su astucia la llevo a descubrir del poder de su seducción, y la manera de lograr una vida fácil, de esta manera  el mercado la utilizó como objeto de consumo, así el vulgo o la generalidad de las damas creyeron que esto era lo que la sociedad pretendía de ellas. De esta manera la mujer, fue casi siempre culpable de lo que se le  acusaba en la era machista. Ahora se habían vuelto  mercenarias de su cuerpo y promiscuas,  egoístas e infanticidas; polígama por naturaleza psicológica, y soberanamente ambiciosas del poder y del dinero ajenos. Destruyeron la familia, y el concepto de familia. La madre soltera se puso de moda, y los niños crecieron sin códigos patriarcales. 

Las mujeres que triunfaron en nuestro mundo cultural, nuestras divas, se convirtieron en vulgares rameras con siliconas, teñidas con desinfectante, adictas a las drogas y a las plastillas, modelos de pornografía que vendían su matrimonio al futbolista consagrado. Esa es la imagen que nos vende nuestra Tv. a-r-g-e-n-t-i-n-a, el ideal de la triunfante mujer moderna, hoy es la mujerzuela.

Esto es lo que el propio Feminismo reconoció que sería su fracaso: a la mujer le gusta el poder de otro, pero sueña solo con ser una buena ama de casa y amante, su príncipe azul le salvará del Leviatán. La propia imagen de las humildes y combativas mujeres proletarias del Feminismo, sin más que un neurótico grito en petición de igualdad laboral, contrastaba con la suntuosidad y el poder pretendido por la mujer promedio. La habíamos convertido en una adicta a los espejitos de colores , dependiente a objetos carísimos e inservibles: desde diamantes, topacios y rubíes , hasta drogas, pastillas para adelgazar,  lentes de contacto coloridos , aretes,  anillos, pulseras, medallones, prendedores, sombreros , decenas de pares de zapatos para todas las combinaciones, carteras, maquillajes, siliconas, bronceador, tintura para el pelo, crema, esmalte de uñas, perfumes y demás armamentos sexuados de moda. Como si el único objetivo de la mujer fuese seducir y fornicar.   En sus literaturas populares no pusimos términos como honor, fuerza, voluntad, virtud, liderazgo, ética, códigos o valor: en sus literaturas en cambio figuran las palabras: pasión, romántico, amor apasionado, debut sexual, amante, infidelidad,  clímax, mariposas en el ombligo, seducción, beso  y demás términos. Pero como no gozan tampoco de escuela callejera, en su mayoría desconocen los códigos básicos del honor.

Nunca comprendí la utilidad de las ágatas, y rubíes engarzados en oro, no pude descubrir cual era ese mágico brillo del diamante. Solo lo entiendo como pura vanidad, fanfarronada, y táctica de seducción, para tratar así de llamar la atención para que todos miren. En cambio sí encontré sabias verdades y utilidad en el poder del hierro, el uranio, y la electricidad. Sabiduría en el gimnasio, en el  aeromodelismo, el maquetismo, automovilismo, en los vehículos a radio control, la tecnología, la tecnificación, la invención, y demás hobbys machos. Cosas que me sirvieron no solo para resolver prácticamente todos mis problemas cosméticos, sino que además me sirvieron para comprender las matemáticas y la física a lo largo de toda la carrera. 

Hicieron que el hombre pareciera no necesitar a la mujer en nada, como si solo fuese un trofeo, innecesaria para sobrevivir en ningún campo de la vida, ni siquiera en la generación, puesto que el mundo nunca se quedara sin gente, dado que ellas nunca van a las guerras y siempre engendraran a mas de uno. El hombre en si mismo esta completo, el no debe llamarla para mover un sillón o una heladera; el tampoco la llama para construir el quincho, arreglar la luz, el cable, el motor del automóvil o pintar la casa. El no necesita llamarla puesto que sabe cocinar, limpiar y lavarse la ropa por si mismo, eso bien lo demuestran desde los militares del mundo hasta los mejores artistas. Lo único por lo que el hombre le es muy útil la mujer, (pero no indispensable), es justo eso que ella vende desde su adolescencia a quince dólares los veinte minutos.

La sociedad con la ambición del mercado y el consumo, ha destruido los valores y arquetipos de la Mujer moderna, transformándola en un vanidoso títere comerciable de la moda y el dinero. Un temible  vampiro chupasangre .

Sin embargo, los astutos capitalistas las colocan en altos escalafones dentro de sus empresas e industrias pero nunca en la misma cabeza, puesto que saben que tienen mas ética que los hombres, y ese ángel de inspiración que conmoverá a los escalafones inferiores, las utilizan para administrar las compañías de la misma manera que administran sus casas; pero nosotros nunca dejamos que nos gobierne en la política ni en los lugares de poder. 

Ahora estamos socavando a la adolescencia, la nueva pornografía hentai va dirigida a los menores y los púber; los nuevos programas de escándalo son reality shows de la vida de alcohólicos y viciosos estudiantes secundarios; las menores callejeras confiesan en televisión sus mas bajos instintos y actos, entonces nosotros las consagramos como “Lolitas”, y a la que posee el uniforme escolar mas cortito, catalogamos de madurita.  

Espero que esta visión misógina que tengo no sea verdadera, que mis prejuicios me hayan enceguecido y no haya podido ver la virtud de la mujer posterior a la década del ´70. Deseo desde lo más profundo de mi corazón, que la mujer sea similar al Arquetipo de La Madre Virtuosa, o al  planteado por los primitivos ideales del Feminismo, puesto son las únicas que podrían salvarnos. Esa es la Única Utopía que nos queda sin probar, es la primera de todas: el Matriarcado. 

A lo que quiero llegar, es a demostrar como es que nos han socavado todos nuestros ideales, héroes e ilusiones.

Esto no es otra cosa que la indiscutible señal del desmoronamiento de nuestro sistema. El envilecimiento generalizado, el vandalismo y la ley del más fuerte se impusieron otra vez en las calles, se han perdido los códigos y el honor, hemos retrocedido en el tiempo, a un lugar sin ley ni destino.

Es menester que copiemos al menos por una vez, algo bueno de las potencias protestantes y no sus vicios callejeros, o su identidad sajona. Si viéramos bien, el material mediático y cinematográfico que nos venden, descubriríamos que siempre utilizaron los medios masivos de la comunicación para instruir y dominar hasta el subconsciente colectivo del pueblo y la masa. A través de la utilización de la propaganda, patrocinando la creación de filmes y películas dedicadas a concientizar al vulgo, creándoles nuevos Arquetipos, nuevos súper héroes, nuevos Ideales en que creer. Al instruir con identidad, fe en sí mismos, e historia autóctona, a la masa inculta le dieron una esperanza, un ideal e identidad. Explotaron el folklore con la Fantasía, y crearon nuevas leyendas protagonizadas por grandes Héroes, nuevos Militares, policías incorruptibles, detectives en posesión de la mas alta tecnología, astronautas, bomberos, vengadores anónimos, y por qué no, ángeles, superhéroes, y demás. Utilizando una y otra vez a la “Fabulas del Elegido”. (La Fabula del Elegido es la famosa historia del don nadie que se convierte en héroe, y demás virtudes encerradas en el concepto de Mito). La idea de que: Un solo hombre puede  hacer  la diferencia, es la raíz del mito estadounidense, y creo que es ejemplar.

Es tiempo de dejar de hablar de la “viveza criolla”, del chanta porteño, el arrabalero, el policía corrupto, el astuto ladrón, y el milico genocida. Este Héroe tampoco se ve representado en los protagonistas de Brigada Cola, o los Bañeros.

Es tiempo que nos replanteemos el concepto del ARQUETIPO, propuesto por el mito. El  Superhombre existe, en el mismo momento que se convierte en el ideal inalcanzable de muchos jóvenes que creen en él y se sacrifican heroicamente por la patria, la sociedad o la familia. Repito la idea: “un solo hombre puede hacer la diferencia”, si cada ciudadano comprendiese la idea, esa diferencia sería perceptible. Los que cayeron en cumplimiento de un ideal son  Superhombres,  porque solo ellos son inmunes a las balas, puesto que a las Ideas no se las puede matar.  

Es tiempo de recordar a nuestros artistas,  sabios, mártires, y científicos, y de una vez por todas, concluir con el monotemático tema del nunca más.

Es preciso crear nuevos héroes, Jesús y sus santos, parece no alcanzar en nuestra linda patria sudaka, recobremos entonces los mitos, el paganismo autóctono, los cómics, los héroes, y los ideales, y construyamos nosotros mismos a Dios y sus Ángeles.

La secreta broma que esconde el mito, es que siempre o casi siempre esta dirigida al creyente: dado que invariablemente esta dedicada a un elegido que debe ser encontrado, y este a su vez puede provenir de cualquier parte, y es un completo don nadie, pero que encierra inconcientemente desconocidos y supremos poderes intelectuales en su interior, pero para revelarlos, se deberá alejar de su pueblo natal al desierto, y en soledad descubrirse a si mismo. Esto lo podríamos catalogar como el mito de “La búsqueda de la Sabiduría”. Allí conoce su Don y aprende a practicar su arte, y su poder. Pero una vez que encuentra aquello que había salido a buscar, vuelve a su pueblo y lo redime de alguna forma. De esta manera el mito engatusa a su creyente, haciéndole creer en su secreto mas intimo, que el mismo es un elegido. Algunas de las moralejas que desprenden los mitos mesiánicos son: el nacionalismo, la Ley, la Justicia, el honor, la fuerza de voluntad, la moralidad, la caballerosidad, la buena fé y la ética. Conceptos que como los dioses, tampoco existen en verdad, tan solo son conceptos ideales, pero estarán tan muertos como Dios, si no funcionan como conceptos movilizadores y reguladores para el fluctuar armónico de las relaciones sociales y políticas. 

Ahora sin la controvertida idea del Ojo, (el visor del panopticon de Dios), sin el atento y omnipresente escrutinio divino, nos hemos convertido en adictos hasta al pecado más estúpido, nos hicimos animales rastreros y perniciosos, tramposos y traicioneros como serpientes y escorpiones. Sin el Paraíso, dejo de tener sentido soportar el yugo de una vida moral inquebrantable. Sin el concepto de pecado, se perdió todo tabú o represión de los instintos, haciendo de la infidelidad y la traición, las astucias mas inteligentes.

Sin los dioses, perdimos el ideal y en fin, perdimos el camino.  

Actualmente, la sociedad argentina solo ha dejado un futuro: pasar la mayor parte de nuestro tiempo encerrados y atrincherados, mirando películas de Holywood,  leyendo libros y jugando juegos de video, todo lo demás ha quedado convertido en un extraño escenario de posguerra; hagamos lo que hagamos siempre vamos a perder; no podemos emprender nada que funcione, no poseemos industria, no tenemos una economía estable, ni investigación científica, menos aún investigación tecnológica, todo lo que estudiemos en nuestras facultades y universidades, no será mas que burda e inútil vanidad, dado que jamás podremos dejar de ser remiseros, y verduleros. La mano de obra especializada, es inútil en nuestro país bananero. Un país hecho por toscos granjeros, no necesita ni matemáticos del caos, ni ingenieros atómicos. Solo nos resta mirar tele hasta morir de frustración, insatisfacción e inseguridad. O por el contrario, tomar el toro por las astas, y salir armado a la calle a provocar un desastre. 

Nuestros ideales se destruyeron ya hace tiempo. Y matando nuestras ilusiones, nos desilusionaron, y esto no ha producido nada bueno. En el lugar donde debía brillar un ideal caballeresco, solo quedó un vacío oscuro y tenebroso dominado por nuestros instintos. Por tanto, creo que es primordial, que entre todos reconstruyamos a nuestros superhéroes, como un “Frankenstein” de nuestros ídolos anteriores. Es tiempo de crear ese Dios Argentino, para que haga al hombre a su imagen y semejanza. Es tiempo de crear una esperanza, un ideal, un nuevo Arquetipo del ciudadano argentino, un Arquetipo de rasgos latinoamericanos, en lugar de los rasgos anglo-sajones. La manera que en mi opinión, puede lograrse, es fomentar e invertir capital en la construcción de literatura, cómics, cine, y televisión, destinado a concientizar a la masa a través de la utilización de los conceptos de Arquetipo y de Identidad.

¿De qué manera?, utilizando el ideal del Buen Policía, el Buen Soldado, el Buen Político, el Buen Indio, la Buena Madre, la Mujer Perfecta, el Buen Ciudadano, el  Gran Sabio,  etc., para la creación de material mediático, dramático o fantástico, para que trabaje lentamente en el subconsciente de la masa hasta iluminarla.



Eduardo Romano Kerr, 30-3- 2009

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